Rompí una bandeja con cuencos que me habían regalado sin haberla estrenado. Sobre la marcha, y para no coger una rabieta, la guardé para no "tropezarme" con ella. Sabía, que tarde o temprano, algo se me ocurriría. Esta es la solución que encontré para esconder el estropicio.
... y el paso a paso
En esta foto ya había pegado algunos trozos grandes del reborde para tener mayor apoyo para las cáscaras
Los cáscaras ya pintadas de blanco
Las pegué con silicona caliente
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